He tenido la oportunidad de visitar las fincas cerealistas de la provincia de Guadalajara en las que lleva desarrollándose la técnica regenerativa del profesor Pinheiro, desde hace tres años. Me interesan mucho todos los métodos agrícolas que vayan en la dirección de no labrar y no aplicar agroquímicos, porque esto es algo irrenunciable, si queremos seguir como plaga de este planeta. Adelanto que yo creo que esto son medidas valientes y valiosas, aunque paliativas y faltas de enfoque ecosistémico. Pero, por algo tenemos que empezar. Además era muy tentador conocer al vecino (vivo muy cerca) que se atreve en esta zona a ser pionero.
La agricultura convencional de la zona es básicamente cerealista de secano, dependiente de las subvenciones de la CE para su subsistencia. Los campos de cereal de invierno se extienden por todo el territorio, ocupando, incluso, vegas fluviales y eliminando bosque autóctono de encinas y quejigos, y vegetación de riberas, con pocas excepciones a este patrón subvencionado. La pluviometría es aquí escasa ( menos de 500 mm anuales), lo que limita las posibilidades de rotaciones y abonos verdes; los bajos rendimientos hacen prohibitivo el uso general de herbicidas. Se utiliza mucho el barbecho desnudo (para recuperar las tierras y combatir las adventicias) y las quemas, que convierten los campos en desiertos, sin espacio apenas para vegetación silvestre, durante años alternos. Las maquinarias excesivamente pesadas han hecho habitual la presencia de “suela de labor” .
Algunos agricultores, debido a los escasos rendimientos, han intentado un laboreo mínimo, incluso, la siembra directa del cereal, recurriendo a los sabidos tratamientos herbicidas. Se ahorran los costes del laboreo pero gastan en los herbicidas. En general se han desanimado porque, en zonas tan secas, los herbicidas junto con los abonos solubles habituales, deterioran aún más que el laboreo la biología, la textura y la estructura del suelo. Además cualquier herbicida acaba generando sucesivas infestaciones de diferentes hierbas que van obligando al agricultor a incrementar sus costes en mezclas y cambios de producto, que acaban por no ser rentables.
Os incluyo dos vídeos muy interesantes sobre este tipo de práctica regenerativa.
Los vídeos están muy claros: no labrar, utilizar sembradoras de discos, no aplicar agroquímicos ni fertilizantes solubles; comenzar con unos años de transición, en los que la fertilidad se va aumentando paulatinamente. La famosa fertilidad del suelo se confía a:
- La siembra de alta densidad de leguminosa/ centeno el primer/os años, siega en prefloración y no enterrado de los restos vegetales. No cosechar.
- Siembras en años sucesivos de leguminosas locales y rústicas fijadoras de Nitrógeno, mezcladas con algo de centeno como “herbicida” y perforador del suelo; alternando de año en año con no leguminosas (cereal u oleaginosa ) añadiendo algo de semilla de leguminosa a la siembra.
- Cosechar va dependiendo de la necesidad económica y de la mejora biológica de la tierra.
- ¿Qué pasa con las adventicias? El profesor las llama indicadoras, con toda la razón. No habrá mejor pista sobre el estado del terreno que la observación de las poblaciones de hierbas espontáneas. Dice que la presencia de hierbas se debe a un manejo inadecuado, ya que el uso de fertilizantes solubles, la compactación y el laboreo, así como rotaciones inadecuadas serán las causas de infestaciones inasumibles económicamente.
- La siega en preemergencia o presiembra , la siembra densa y con algo de centeno, y la falsa siembra con siembra tardía del cereal, las rotaciones con leguminosas, se convierten así en herramientas principales contra la presencia excesiva de las hierbas y su competencia con el cultivo.
El tema de las hierbas espontáneas me parece crucial. Son indicadoras, como dice el profesor, dándoles un papel algo antropocéntrico. A mí me gusta mucho más verlas como comunidades vegetales adaptadas a los terrenos continuamente removidos y cosechados; en los que se impide la sucesión ecológica y la evolución del ecosistema hacia mayor biodiversidad, mayor equilibrio, porque se evita que semillen y que las raíces vivas alimenten la biomasa fotosintética gratuita.
Los primeros años aparecen hierbas propias de terrenos compactados y pobres, con raíces profundas pivotantes, normalmente de hoja ancha, que crean alrededor condiciones biológicas mejores. Serán hierbas que extenderán sus partes aéreas mucho para cubrir el suelo desnudo. Las especies dependerán de otros factores , del clima, tipo de suelo, etc.
A medida que pasen las temporadas sin laboreo, lo que hacemos es prolongar la presencia de un herbazal bastante monoespecífico, en un terreno cuyas condiciones biológicas mejoran, sin presencia de fertilizantes solubles (aunque puede haber nitrógeno poco descompuesto si se ha estercolado o metido ovejas como se recomienda). Las hierbas habituales de los campos de cereal irán dando paso a otras, muchas gramíneas ( Avena sterilis, Lolium rigidum, Bromus rigidus, Alopecurus mysuroides, Phlaris sp, …) y otras no gramíneas como Galium, Verónica, Convolvulus… La evolución tendería hacia un herbazal perenne, si no lo vamos evitando con las siegas de preemergencia del cultivo. En parcelas cerealeras contiguas al monte maduro (como es el caso de una de las visitadas) estoy segura de que la gravedad, el viento y, en general, la potencia de estos ecosistemas tan resilientes nos llevarán a una lucha contra la extensión de este monte maduro más pronto que tarde. Lo que no deja de tener bemoles, con la que está cayendo.
En las abundantes zonas de vega fluvial en donde se cultiva cereal de invierno en secano, mantener estos herbazales artificiales sin laboreo será particularmente difícil. Es indudable que los beneficios del no laboreo y no tóxicos van a traducirse en una mayor presión de las hierbas ( y no tan hierbas) que pasará por fases diferentes de gramíneas perennes y otras.
En tierras muy pobres de secano las rotaciones, leguminosas y aporte de paja segada pueden favorecer en principio el crecimiento de cereales más demandantes y mejorados genéticamente, comparando con las condiciones anteriores de laboreo, pero al final ya estamos luchando contra corriente. Las formas son mucho más limpias, por supuesto, que con la agricultura convencional, pero los problemas derivados de contradecir de plano los procesos naturales van a seguir demandando gasto de energía. Creo que es muy probable que, si cuantificamos el gasto de energía necesario para mantener el ecosistema en fases de herbazal monoespecífico, el balance aún será desfavorable respecto a la energía obtenida con los cereales cosechados. Vamos estoy segura.
Me gusta, pero no me convence; si queremos seguir siendo la plaga del planeta tendremos que desarrollar y domesticar ecosistemas productivos. Probablemente introducir herbívoros y zonificar previamente con criterios ecosistémicos es la clave.
Me pone en feisbuk Txema Isábal, este interesantísimo comentario:” En nuestros secanos áridos todo se complica. Quizá y sólo quizá el paso previo a cualquier tentativa cerealista debería ser introducir un sistema de pastoreo racional que afiance después de varios años una pradera autóctona sobre la que cultivar. Pasture cropping.”
Investigar con cultivos sobre pastos autóctonos establecidos me parece una línea muy prometedora.
Buen informe como nos tenias prometido, tecnicamente solamente siento la falta de redimientos comparados con fincas de la zona, nada muy elaborado, los datos de barra de bar.
Hola Diego. Ahora no tengo a mano esos datos, pero en los vídeos están detallados. Un saludo.
Como dice Mavi, en el primer video de estos dos que ha compartido con el artículo, hay un resumen de cifras (costes e ingresos) comparadas con producciones ecológicas y convencionales, de lo más interesante. Esa es parte de la labor de esta experiencia: documentar los indicadores económicos para que las personas puedan ver que a ese nivel también es muy ventajosa la gestión regenerativa. Por supuesto, que estamos hablando de los primeros años de cambio en un suelo casi muerto, por lo que la previsión es que esas cifras irán aumentando poco a poco. Si se pudiese tener animales en esa finca, el asunto sería exponencial! Estoy interesada, Diego, en saber tu opinión tras visionar los videos enteros.
Desde luego! Como bien dice el compañero Txema Isábal, lo ideal es que se empiece regenerando el suelo con animales, y se continúe gestionando con ellos. Esta era la intención en este caso… hasta que se vio que no era viable tener animales aquí: no hay agua, las extensiones son muy lejanas del pueblo, y el propietario no vive en la finca sino a casi dos horas. Por todo ello y más, se le planteó al Profesor: ¿puede regenerarse este pre-desierto sin animales? y él contestó: “Con animales tardaríamos 5 años. Sin animales, tal vez tardemos 50. ¡Vamos a ello, antesdeayer a la mañana!” Nos pareció clave intentarlo, pues la realidad de muchísimos cerealistas ibéricos es que NO TIENEN ANIMALES NI DE MOMENTO PUEDEN TENERLOS. La buena noticia es que el suelo está regenerándose a mayor velocidad de lo previsto!!!
¡Hola, Mavi!
Fue un placer verte en la jornada abierta al público en la finca de Guadalajara, que ha motivado este artículo tuyo. Como organizadora del evento y de la gira, y coordinadora de la Asociación de AR en Iberia, te agradezco tu presencia y apoyo continuado, y el tiempo de escribir este artículo.
Creo importante puntualizar varias cosas:
1. Para las personas que no conocen el caso y las diferentes metodologías (convencional, ecológica, de no laboreo con herbicidas, regenerativa…), creo que puede resultar confusa la forma de explicar y comparar estas metodologías a lo largo del texto.
a) Al comienzo del segundo párrafo, quedaría más claro empezar diciendo: “La agricultura convencional de la zona…”
b) El cuarto párrafo, quedaría más claro si se redactara así: “Os incluyo dos vídeos muy interesantes sobre el tipo de práctica regenerativa que se propone en esta experiencia asesorada por el Profesor Pinheiro”.
Es muy importante que las cosas queden claramente definidas, porque si no, se da lugar a confusión con los conceptos, y luego ya es un diálogo de besugos.
2. En esta experiencia, no se pretende crear “el ecosistema productivo” de nuestros sueños. Está claro que lo ideal sería un sistema en el que estén integrados animales, plantas, bosques, personas, alimentación… biodiversidad a tutiplén. ¡Eso sería un sistema verdaderamente regenerativo! En esta experiencia, muy práctica y pragmática, lo que se pretende es dar respuesta a la realidad de muchos miles de productores en la península ibérica, que son cerealistas y no son ganaderxs, ni lo van a ser de momento. Se trata de mostrar cómo poner en marcha un proceso regenerativo viable para esos miles de productorxs y compararlo con lo que ya conocen, analizando diversos parámetros. En particular, el monetario, que es lo que más puede motivarles a hacer un cambio. Esos productores tienen que vivir de su producción, no viven de otra cosa, por lo que no pueden, al menos de momento, permitirse ser “gestores de un ecosistema”. Tienen que ser gestores de una producción agrícola rentable, que en muchos casos no incluye animales, ni puede incluirlos al menos en un primer tiempo.
En un evento en el que estuvimos las dos, Mavi, y nos conocimos por fin en persona, recordarás que se dieron unas cifras escalofriantes sobre la desertificación en Iberia. Dos de esas cifras que se me quedaron grabadas a fuego eran: el 80% de cultivo en España es de secano. De eso, a su vez el 80% es cereal. ¡¡Esa es una extensión brutal de terreno!! Y la inmensa mayoría de esa gente cultiva, intentando el milagro de ganarse la vida con ello y haciendo caso a quienes les han venido asesorando en nombre de las agroquímicas, en convencional, volteando y envenenando, degenerando y desertificando. Es por ello que estamos realizando esta experiencia con la increíblemente generosa y meticulosa participación del productor y de su asesor, el Profesor Pinheiro: porque tenemos que “romper la nuez” del cultivo de cereal sin labranza ni venenos (ni animales) en esos millones de hectáreas. Y tenemos que hacer ver a los productores que les interesa seguir un camino agroecológico, regenerativo y rentable. Y eso no lo vamos a conseguir pintándoles un mundo ideal en el que ellos gestionan bosques, herbívoros y biodiversidad. De momento, tenemos que ofrecerles unas soluciones muy prácticas y lo más aplicables posibles. Se trata de darles las cosas lo más mascado posible y mostrar que funciona, que puede funcionarles, que es inspirador e interesante, y que no estarán solos… para que se animen a intentar un cambio.
Hay otras experiencias regenerativas en Iberia que se acercan mucho más a esa gestión de biodiversidad, herbívoros y productividad a la que apuntas en tu artículo. Espero que podamos organizar futuras visitas abiertas como la que disfrutaste a esas fincas y que puedas acudir, para que puedas comprobar que cada experiencia regenerativa se adapta a su realidad, lo cual significa en primer lugar adaptarse a las personas que gestionan y a sus objetivos particulares, que van desde ser rentables y salir de la deuda y el envenenamiento, hasta ser un ejemplo y espacio de formación y experimentación (sin que el cultivo tenga que ser lo que les da de comer), hasta experiencias de regeneración del entorno silvestre, sin ninguna intención productiva.
Esa es una visión verdaderamente holística desde el punto de vista del productor o gestor del terreno: que sea viable para esa persona y su gente, a todos los niveles (generalmente económicamente en primer lugar, y también por supuesto de tiempo y recursos humanos), y que cumpla y nutra sus objetivos vitales, ahora y a futuro.
Muchas gracias por tus aportaciones Ana. Las personas siempre merecen respeto, las técnicas se discuten, se chequean, se valoran…Te hago caso en los dos encabezamientos que mencionas, para que quede más claro.
Gracias a ti, Mavi! Siempre es un gusto intercambiar con gente inteligente, inquieta y motivada. Saludos regenerativos y hasta pronto!
Aquí tenéis un interesantísimo video-resumen de la visita a la jornada abierta en esta finca de Guadalajara, que ha inspirado este artículo de Mavi. Casi diez horas resumidas en media horita de perlas. ¡No tiene desperdicio! https://www.youtube.com/watch?v=mlXvSrlydgg&t=322s
Creo, que la aportación del profesor Piñeiro es extraordinaria, para los agricultores cerealistas y sin lugar a dudas rentable, para el agricultor, yo animo a que la gente siga su experiencia en iberia incluso que aporten los abonados y biofertilizantes, harina de roca, reproducción de bacterias nitrófilas etc, utilizar todo el arsenal de Restrepo y Nacho Simón y si nos tenemos que convertir en ganaderos regenerativos hagámoslo cuanto antes, el cambio climático, nos acecha y el desierto está aquí, si ibería era toda un bosque, ahora también puede serlo, regeneremos nuestros Suelos, suelos sanos, plantas Sanaa, animales sanos y hombres sanos.